martes, 28 de abril de 2009

El mundo que vino a mí

Cuando estaba en el Colegio ponía mucha atención en los cursos de Historia y Geografía, me fascinaba el hecho de escuchar historias que cambiaron el destino de la humanidad, de culturas imponentes, de las maravillas arquitectónicas y naturales ubicadas a cientos de kilómetros de mi aula de escuela. En fin, siempre me pareció un mundo fascinante del cual hasta ahora no he perdido la ilusión de niño de conocer y entender. Estoy convencido que el conocimiento de la humanidad en sí nos amplia la visión del mundo y más importante aún, nuestro entendimiento, haciéndonos mejores personas y nos ayuda a “vivir eficiente”. La forma más común de adquirir conocimientos de ese tipo es a través de revistas especializadas, internet, libros, cursos o haciendo turismo. La mejor forma de aprender de otras culturas es convivir con ellas, pero a menos que uno se crea Marco Polo o quiera pasar su vida viajando, es una empresa muy difícil de llevar a cabo. Sin embargo, desde hace algún tiempo yo vengo adquiriendo conocimiento invalorable de otras culturas a través de amenas charlas o conversaciones con personas provenientes de diversos países que en algún momento o ciudad del mundo hayamos coincidido.

Para este objetivo Alemania, es un lugar perfecto para entrar en contacto con personas de todas partes del globo, de países que normalmente no son emisores de turistas. Alemania es después de USA el primer país receptor de inmigrantes extranjeros, tiene fronteras con 9 países, este en el centro de Europa, tiene un territorio densamente poblado (a diferencia de USA) y además los alemanes son los mayores turistas del mundo. He llegado a conocer gente de destinos tan distantes aún para mí como Tanzania y Camerún en África, Moldavia y Georgia en Europa del Este, Sri Lanka y Vietnam en Asia.

En memoria a esos gratos recuerdos quisiera hacer un repaso de algunas de las historias que me llamaron la atención a lo largo de mis innumerables encuentros de personas que dejaron algo en mí.

Una amiga porteña me conto que el Tango es una melodía triste, pues era la forma de manifestar la añoranza de la Europa que dejaron atrás los miles de inmigrantes que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX. Que en Brasil existen hasta el día de hoy colonias de europeos donde se habla primariamente el idioma originario. En Venezuela piensan que los peruanos no tenemos dientes (gracias “Laura”). En California los concursos de casas con decorados navideños son ya una tradición. En Montreal hay arañas por todas partes. En Inglaterra es común que los padres consientan relaciones sexuales de sus hijos en casa. En España muchos españoles consideran a los Reyes como un aspecto meramente decorativo. En Noruega, más allá del círculo polar solo tienen luz la mitad del año. En Bélgica se inventaron las papas fritas. En Polonia se ven con mucho éxitos telenovelas latinas como “Bety la fea” o “Muñeca brava”. En Rusia los niños se divierten armando y desarmando una muñeca de madera llamada “matrioska”. Kiev, capital de Ucrania es considerada la madre de la cultura rusa. En Egipto en las intercepciones con semáforo en rojo no es obligatorio parar si es que no hay trafico que lo impida y de haber un accidente la culpa es de “dios”. En la ex Alemania del Este, antes de la caída del muro de Berlín solo podían comer plátanos dos veces al año. En Rumania, en navidad los niños suelen cantar en la puertas de las casas a cambio de una propina. En ciertos localidades de Kenia uno puede “comprar” a su esposa con algunos carneros o vacas y si tiene relativamente buena fortuna se puede “comprar” más de una. Por el contrario en la India muchas mujeres y sus familias tienen que juntar dinero y joyas (u otros objetos de valor) para poder pagar la “dote” a la familia del novio; esto hace que muchas mujeres jóvenes ni bien comienzan a trabajar solo ahorren con el fin de que puedan “pagar” por su marido al cual quizás aún no conozcan. India es realmente fascinante, hay una veintena de lenguas oficiales, tienen innumerables Dioses con formas animales-humanas, cada uno de ellos con sus propias historias y hoy por hoy es la principal fuente de científicos destacados en el mundo. Las mujeres sur coreanas tienen una belleza “especial” y no es verdad que todos los chinos saben “kung-fu”.

No haría bien en afirmar que todas estas historias son reales, pero puedo asegurar que al menos fue lo que me han contado. Quisiera aun experimentar mucho más, pasear algún días por las paradisiacas playas de Tailandia, visitar las ruinas Egipcias, caminar por la muralla china, internarme en el Serengueti, recorrer el gran cañón, tomar un baño termal en Islandia. Todo esto me parece aún lejano, no estoy seguro si lo llegaré a realizar en vida, pero de lo que si estoy seguro es que mi espíritu nunca dejara de soñar y yo nunca dejare de alimentarlo.

Si alguno de ustedes tiene alguna historia que contar, me encantaría escucharla.

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