domingo, 30 de agosto de 2009

El decálogo del desarrollo parte 3

Nacen los Puritanos

Llegados a esta etapa de nuestra investigación surgen nuevas preguntas: ¿Por qué la gente de esos países desarrollados practica el Decálogo del Desarrollo y, en cambio, en los países subdesarrollados, nosotros entre ellos, sólo lo practicamos minoritariamente? ¿ Dios acaso, escogió y prefirió imbuir el Decálogo del Desarrollo en las mentes de los americanos, europeos y japoneses y no así en los pueblos que no han podido desarrollarse?

Si hace 250 años todos los pueblos de la tierra eran todavía pobres, y hace 500 el Decálogo del Desarrollo era minoritariamente practicado a nivel mundial, ¿Cómo es que empieza a ser aplicado rigurosamente en el siglo XV en Inglaterra, por unas pocas personas que precisamente por la práctica a fondo de este patrón de conducta recibieron el calificativo de puritanos?

Inglaterra y sus Puritanos

A comienzos de los años de 1500, en Inglaterra empezó a generalizarse y avanzar con mucha fuerza el concepto de que la finalidad de habernos enviado Dios a la tierra era para explorarla y gozar de sus riquezas, y en esa forma mejorar personalmente y ayudar a nuestros semejantes.

En consecuencia, cuanto mejor se realizara este cometido, más seguridad tendría quien así obrara de ganar el Cielo, porque así estaba cumpliendo con los designio del Creador.

El mejor aprovechamiento de los recursos naturales a través de un trabajo duro, tendría como obvia consecuencia la riqueza de las personas que intervinieran en este proceso, lo cual para ellos sería la prueba de que ya habrían ganado el Cielo en su vida eterna.

Y en su afán de lograr esa riqueza, multiplicaron su trabajo y disminuyeron sus gastos hasta la privación, para ahorrar lo más posible y poder invertir estos ahorros en generar más riqueza. Repitiendo el ciclo de trabajo fuerte ( minimo gasto,máximo ahorro, más inversión), cada año fueron haciendo crecer su capital, como aumenta la bola de nieve cuando rueda por la ladera del cerro. Así comenzó la acumulación de capital en el mundo, base del capitalismo.

Y en la práctica de producir más, se fueron percatando de que con el orden y la limpieza aumentaba la producción, y lo segundo, además de motivo de orgullo, levantaba el espíritu de los trabajadores.

Y se dieron cuenta que la puntualidad es uno de los secretos de la mayor producción y empezaron a hacerse ritualmente puntuales.

Y, por supuesto, fueron seleccionando la gente que con más seriedad cumplía sus obligaciones, puesto que en eso se asentaba su mayor producción; es decir, el concepto de responsabilidad fue básico para desarrollar fuertemente las empresas y la sociedad.

Como a medida que iban sabiendo más e iban perfeccionándose en todo sentido, podían producir más, surgió con fuerza el deseo de superación.

Cuanto más honradamente se trabajara, la imagen del empresario y del trabajador se agigantaba en general, y particularmente ante quienes podían otorgar créditos, que permitieran el aumento de capital de trabajo, lo que a su vez iba a mejorar la producción.

Por consiguiente, la honradez fue un factor que empezó a tener un peso enorme.

Asimismo, el respeto al derecho de los demás, tuvo que forzosamente nacer para poder trabajar con la máxima armonía, ¡y poder producir más!.

Y también se percataron que el respeto a la ley y los reglamentos era la mejor forma de trabajar ordenadamente, y obtener buenos resultados en su carrera por la riqueza.

La gente, moldeada en este crisol, creó sin saberlo el Decálogo del Desarrollo, que los llevó a tal superación como personas que, con propiedad, se les bautizó con el nombre de “Puritanos”.

Estos Puritanos, en efecto, fueron los que llegaron al territorio de lo que hoy es Estados Unidos, a comienzos de 1600, y continuaron haciéndolo posteriormente en grandes cantidades.

Gracias a su ética de comportamiento, basado en el Decálogo del Desarrollo, en 300 años lograron construir el país más poderoso de la tierra.

En este frenesí, por continuar la obra creadora de Dios mediante el trabajo, se dedicaron con ahínco a la producción de bienes y servicios.

Por esos años, la necesidad de producir más, era frenada por la falta de mayor fuerza generada por los músculos del hombre y la fuerza de los animales, que eran las únicas fuentes de energía en esos tiempos.

En la búsqueda de alternativas de solución a este problema se empeñaron en trabajar diferentes ingenieros e inventores, y como producto de este esfuerzo, aparece la máquina de vapor -alrededor de 1750- que rápidamente empieza a sustituir, de manera mucho más eficiente, a los músculos del hombre y a la fuerza de los animales en la producción.

Las máquinas de vapor comienzan a impulsar bombas de agua, molinos, telares, etc., comenzando así en Inglaterra la era de la industrialización en la humanidad, en base a lo cual, este país pasó a ser la primera potencia mundial a comienzos del siglo XIX, deplazando de esta posición a la ESPAÑA COLONIAL.

Los demás países de EUROPA OCCIDENTAL, percibiendo el notorio desarrollo que empezó a tener Inglaterra, comenzaron a difundir el mismo comportamiento personal, base del éxito inglés, en sus pobladores. Así, la práctica del Decálogo del Desarrollo también encaminó a esos países hacia el desarrollo y la riqueza.



Japón y el Decálogo del Desarrollo

Hasta el año 1500, el Japón era desconocido por los europeos.

El célebre viajero Marco Polo, habiendo vivido en China, a finales del siglo XIII, relató en las aventuras tenidas en ese país y citó que frente a las costas chinas, existía un país misterioso denominado Cipango, según le habían contado, con mujeres de cutis de nácar, grandes maravillas y formidables guerreros.

Recién a mediados de los años 1500, Europa Central entra en contacto con el Japón. Los japoneses, por formación ancestral, poseían una serie de actitudes concordantes con el Decálogo del Desarrollo, pero su efecto estuvo frenado continuamente por el militarismo, a lo que se vino a sumar la prohibición, por las autoridades, de toda comunicación y trato con los extranjeros, entre los años 1640 y 1853. A pesar de estos hechos desfavorables, Japón, por el comportamiento de su gente, continuó progresando aunque a un ritmo menor que Europa y Estado Unidos.

En el siglo XX se convierte en potencia mundial, siempre con la pesada carga del militarismo, que lo empuja al conflicto bélico de la Segunda guerra Mundial, en la que al ser derrotado en 1945, y su territorio ocupado por Estados Unidos, termina como potencia militar, por mandato de su nueva constitución en 1947.

Bajo un gobierno democrático alejado de las aventuras guerreras, empieza a relucir firmemente en las actitudes de comportamiento de la mayor parte de su gente, que logra en 40 años, convertir un país abatido por la derrota y casi totalmente destruido, en la segunda potencia industrial del mundo, con una gran riqueza que se traduce en un altísimo nivel de vida para sus 123 millones de habitantes.

Otro éxito indiscutible del Decálogo del Desarrollo.

Una cosa es Saber y, otra, Practicar lo que se Sabe

Ahora, amigo lector, ya sabes por qué somos subdesarrollados y pobres en el Perú. Ya sabes que todos los países del mundo eran pobres hace 250 años, tanto o más pobres que el Perú de ese entonces. Sabes también cómo se hizo la gente de Estados Unidos, Japón y Europa para emerger de la pobreza y convertirse en inmensamente rica, gracias a la aplicación del Decálogo del Desarrollo. Además sabes, y esto es lo más importante, cómo hacer para que nosotros también dejemos de ser pobres y subdesarrollados.

Sabes que tienes que adecuar tu vida al Decálogo del Desarrollo.

• Sabes que cuanto mejor te adecúes a él, más rápido evolucionarás, mejorando como persona en todo sentido.
• Sabes que mejorará tu economía.
• Sabes que ayudarás a surgir a tu empresa, y con ella también surgirás.
• Sabes que mejorará tu familia, y que tus hijos tendrán un porvenir de esperanza.

Pues si ya sabes todo lo anterior...

¡Practica desde hoy cada mandamiento del Decálogo del Desarrollo!

Impónte tú mismo premios cuando obres de acuerdo a él y reflexiona la intención de superar errores cuando los cometas. Apuesta en tu casa con tus familiares y amigos, y en tu trabajo con tus compañeros, a ver quién lo cumple mejor.

Verás que en pocos meses, ya empezarán a aparecer los resultados que transformarán tu vida, mejorándola en todo aspecto.

Da una mirada a la gente que conoces, evalúa el comportamiento del profesional de éxito, en general del hombre de éxito, y hallarás, con todo seguirdad, que su conducta concuerda casi exactamente con las normas del Decálogo del Desarrollo. En cambio, el tipo mediocre, mostrará con toda seguirdad, una discrepancia muy marcada con el Decálogo del Desarrollo.

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